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This is us

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Durante la fiesta que se celebró por el nacimiento de Afrodita, Poros -dios del ingenio-, borracho de néctar, se entrega a Penia -diosa de la pobreza-: de la unión de ambos nació Eros, destinado, por causa de las cualidades antagónicas de sus progenitores, a ganarlo y perderlo todo. Ni inmortal, ni mortal, ni rico, ni pobre, Eros tiene el rol de mediador, de forma tal que logra representar simbólicamente la condición del filósofo, siempre suspendido entre la sabiduría y la ignorancia, entre el ser y el tener. 

Releer Banquete de Platón, me ayuda a entender mejor mis llantos con las series melodramáticas que produce la factoría Hollywood. Así, por ejemplo, los protagonistas

de "This is us" suelen echar mano de fábulas cursis y lineales que ayudarían a enfrentar mejor los retos vitales más cruciales. A pesar de lo previsible y superficial que resultan estos mensajes sobre el destino, la comprensión, la posibilidad de una segunda oportunidad o el descubrimiento de talentos propios ninguneados por los demás, siempre logran que empiecen a caer mis lágrimas en el momento previamente programado por sus realizadores. 

Esa combinación sutil, y a su vez, letal de música climática, primer plano y buenas interpretaciones actorales, activan mis emociones como si fuese un conejillo de Indias a expensas del laboratorio de HBO o Netflix.   

No por azar en los últimos años estoy dedicado a rastrear la matriz platónica de nuestras formas de narrar, en el sentido de que las realidades más obvias e importantes suelen ser las que más nos cuesta percibir y explicar. 

Al filósofo ateniense le debemos, y reprochamos, ese líquido viscoso en el que estamos inmersos y que se compone de nuestras ideas acerca del amor, la libertad, la justicia, el conocimiento. Tan lejos y tan cerca de lo que atraviesa nuestra epidermis y no tiene forma de idea, sino la mera fuerza de lo que acontece.

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