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Searching for sugar man

Sixto Rodriguez es un albañil jubilado de Detroit, la capital mundial del automóvil. Hijo de inmigrantes mexicanos asentados en esa enorme ciudad del Estado de Michigan que es sede de la General Motors, Ford y Chrysler. Como albañil se pasó toda la vida haciendo refacciones, alisando muros, montando ladrillos, mezclando cal con arena, manipulando el yeso. Cuando el director del documental se reúne con él, nos enteramos de que lleva cuarenta años viviendo en el mismo edificio desvencijado. Un par de habitaciones sin calefacción, con las paredes mal pintadas, en una zona deprimida de la urbe industrial. Pero este es el final de Searching for sugar man (2012), la historia comienza con las vicisitudes que atravesó Sixto Rodriguez como artista. Un cantante de voz suave que tocaba la guitarra acústica en bares infames cerca del río. Tugurios llenos de humo y trabajadores borrachos. En ese ambiente pululaba un duende de rasgos aindiados y pelo azabache.​

Grabó dos discos a comienzos de la década de 1970, Cold Fact (1970) y Coming from Reality (1971), que pasaron absolutamente desapercibidos para el público, la crítica especializada y el mercado discográfico. Los productores musicales de la época coinciden en señalar la lírica sublime de Rodriguez, sus cualidades como vocalista y los demás atributos que deberían haberlo convertido en una estrella del folk. Uno de los productores, vinculado a la Motown, llega a compararlo con Bob Dylan. Ninguno de los entrevistados alcanza a explicar su fracaso. En cualquier caso, las letras de sus canciones recogen historias de barrio marginal, soledades e injusticias sociales. También algún encuentro, una historia de amor. En todas ellas late una sensibilidad profunda, sutil y verdadera. La mirada que atiende a los objetos que la rodean, a las personas y escenas de todos los días. Una mente alquimista en la que tristes calles con basura se convierten en poesía.​
Un rockero en la misma frecuencia de Arthur Lee, alma máter de la banda Love, cuando escribió las letras de Forever Changes (1967). El sonido de Los Angeles, postal urbana, enigmática y salvaje. El lado B del flower power. Dos outsiders por temperamento y cuna, un negro en el underground blanco de la costa oeste y un trovador latino ninguneado por una ciudad gris. Antes de esfumarse en el anonimato, Rodriguez fue contra la corriente. Sujeto misterioso recorriendo a pie largas distancias, con su guitarra al hombro y manteniéndose siempre en los márgenes.​
Por causas fortuitas que nunca han terminado de aclararse, la música de Rodriguez llegó a Sudáfrica en los ‘70 y fue escuchada por miles de personas que pretendían una sociedad diferente. Clausurar el apartheid mediante la lucha por la igualdad en derechos civiles y políticos. Poner fin a la dominación de la minoría blanca sobre la población negra mayoritaria. Su figura se elevó a la categoría de mito para varias generaciones, sin que él tuviese ningún tipo de noticia acerca de esto. Ante la carencia absoluta de datos, las leyendas se multiplicaron. Corrieron incluso rumores de que en el transcurso de un concierto en su ciudad natal, se había volado la tapa de los sesos en el escenario.
El documental es el relato también de las pesquisas que emprendieron, durante los años 90, los sudafricanos Stephen Segerman y Craig Strydom para dar con la identidad de Rodriguez y las razones por la cuales el cantante nunca supo acerca de su éxito en aquel país. Se calcula que, por aquellos años, se vendieron hasta medio millón de copias de sus discos sin que recibiera jamás ninguna retribución ni beneficio económico.​
Gracias a un artículo que escribió Strydom sobre su búsqueda y al contacto que hizo la hija del cantante con Segerman, Searching for sugar man tiene un final feliz. En marzo de 1998, Rodriguez llegó a Sudáfrica para dar una serie de conciertos multitudinarios. Posteriormente, ha viajado otras veces para encontrarse con un público que de tanto aguardarlo había llegado a creer que no existía.

“Woke up this morning with an ache in my head
I splashed on my clothes as I spilled out of bed
I opened the window to listen to the news
But all I heard was the Establishment's Blues
Gun sales are soaring, housewives find life boring
Divorce the only answer smoking causes cancer
This system's gonna fall soon, to an angry young tune
And that's a concrete cold fact”.


​This is not a song it's an outburst: or the Establishment Blues
​

 

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